28.8.06

First issue, big issue


Hace un par de semanas que se ha publicado el primer álbum de inq, una banda (¿la banda?) de Reus que en los últimos meses ha demostrado reiteradamente saber crecer en todas direcciones. En los últimos directos ya se intuía que la maquinaria musical que estaban construyendo tendría unas repercusiones y unas dimensiones no muy frecuentes en la escena pop-rock a la que estamos acostumbrados. Y ahora que los discos están en los estantes, no defraudan.

El disco de inq tiene todos aquellos componentes que los oídos más agradecidos han sabido percibir durante décadas: hay muros de electricidad descontrolada y confusa, hay punteos refrescantes y sinuosos con texturas de surf instrumental y spaghetti western, hay el atrevimiento y la energía de la mejor tradición del indie americano, hay un regusto y un aroma a tradición sixty que en ningún caso desentona, hay el frescor y la osadía de las bandas británicas de los primeros ochenta, y también hay, aunque en menor proporción, cierta calma melódica con el sello americana más genuino. Escuchando a inq nos trasladamos a un territorio sonoro donde conviven pequeñas porciones de The Dream Syndicate, Yo la Tengo, The Monochrome Set, XTC, The Velvet Underground o Gang of Four. Pero todas estas referencias sólo se intuyen -aquí la virtud de los chicos- ya que saben mezclar de tal manera los ingredientes para dar como resultado algo original, atractivo y estimulante.

¿Hacen falta algunas muestras? La tensión creciente de "How sensitive", la aridez de la obertura de "Toothy monster", la atmósfera ácida de "Doomed", la cadencia pop de "Angst under the red light" -no sería casual que se considerara el single del grupo-, los bonitos coros que abren "Craving for a time machine", y la concluyente y abrupta guitarra del final de "The end of complacency" o la calma acústica en tono de despedida del tema que cierra el elepé, "I hate the songs about people missing trains", son buenos testimonios de esta convivencia de sonidos e influencias que inq (me consta que son muy buenos gourmets musicales) han sabido cocinar con autoría. Algunos detalles (punteos, cambios de registro, arreglos de clavicordio, carrillón y piano, paradas y arranques, juegos de voces...) apuntan a unas muy buenas maneras que, en directo, repito, ya hacía meses que certificaban.

Además, el álbum, grabado en el estudio Audiomayer, en pleno barrio de Gràcia en Barcelona, lo ha lanzado un sello que, parece, tiene intenciones de apostar fuerte por el grupo durante los próximos años, Junk Records, donde inq comparte despacho con Underwater Tea Party, Melusa, Havalina Blu o los británicos Cosmic Rough Riders, entre otros.

Valen la pena, y lo demostrarán en Toc de Queda durante la temporada que estamos a punto de estrenar.

Gerard Carceller. Director del programa Toc de Queda en Punt 6 Camp (99.8. martes y jueves de 20 a 21.30)
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